MINERALES
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El Ágata no es un mineral único,
sino más bien un conjunto de varios cuarzos que forman capas
dentro de una misma piedra.
A nivel energético es muy
poderosa, por lo que se utiliza en rituales de protección.
También se la conoce como “La
Piedra de los Dones” ya que es capaz de volvernos más sensibles y potenciar
nuestras capacidades mágicas latentes. Despierta los dones de clarividencia,
clariaudiencia, el don de leer las auras, la capacidad para hacer viajes
astrales, la intuición o sexto sentido y los dones premonitorios; de
acuerdo con la capacidad y el nivel del alma de cada uno.
La Ágata es considerada una
piedra de protección, ya que ahuyenta del aura de quien la porta las
vibraciones negativas y el mal de ojo, también se le atribuyen propiedades
para evitar las tragedias y accidentes. Es una gema muy relajante, si te
sientes tenso y con mucho estrés, el Ágata te será de gran ayuda para calmar
estos problemas emocionales.
Si la colocas debajo de tu
almohada combatirás los problemas del sueño como el insomnio y te ayudará a
tener un sueño plácido y a descansar bien. Atrae la buena suerte y la
prosperidad, actúa de amuleto para que las cosas salgan bien, especialmente
útil para colocarla en el hogar o en tu negocio.
La magnesita aporta una profunda
paz a la meditación y relajación. Puesta sobre el tercer ojo potencia la
visualización y las imágenes. Abre el chacra corazón y estimula el amor del
corazón, incluyendo el amor hacia uno mismo. Relaciones difíciles o de amor
incondicional por adiciones. Te ayuda a sentirte centrado.
Induce a una actitud positiva
hacia la vida, y ayuda a las personas egoístas a tomar el asiento de atrás y
les enseña a escuchar atentamente a los demás.
Da apoyo a las personas nerviosas
y temerosas, ayudándoles a superar la irritabilidad y la intolerancia.
Curación: La magnesita contiene
un alto nivel de magnesio y favorece su absorción en el cuerpo. Desintoxica y
neutraliza el olor corporal, actúa como antiespasmódico y relajante muscular,
trata los calambres menstruales, estomacales, intestinales y vasculares, y los
dolores producidos por las piedras de la vesícula y el riñón. Trata los desórdenes
de los huesos y los dientes, y previene la epilepsia. Alivia los dolores de
cabeza, especialmente las migrañas y ralentiza el proceso de coagulación de la
sangre. Acelera el metabolismo de las grasas y dispersa el colesterol,
previniendo la arterosclerosis y la angina de pecho. Es un preventivo útil para
las enfermedades de corazón. Equilibra la temperatura corporal reduciendo
fiebres y escalofríos.
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